Hay veces que tengo que escribir las cosas para que no se me olviden. Son tan insignificativas que no tardan en desaparecer de mi mente. Por eso acabo de prender la computadora solo para escribir lo que me contó hace una hora. No quiero olvidarlo, pues se veía tan contenta que eso me puso de buenas en una mañana nublada y fresca en la ciudad de la euforia. Lo escribo de una vez para que quede registrado.
-Hoy me desperté por el sonido de su voz.
Mientras yo dormía y seguía entre la oscuridad de mi sueño ella me platicaba que ayer había ido con otros 50 ciclistas más, a defender sus derechos como tal.
Su ruta? Todo Reforma hasta llegar al zócalo de la ciudad.
Yo, medio dormida, y con la cara entre las dos almohadas, le decía: “Vándala… vándala…”. Ella solo se reía, pues no tenía nada que ver con lo que hizo.
Me contó que uno de ellos sufrió un accidente.
“Los taxistas son los más animales sabes? Se nos avientan cuando nos ven…”
Dice que eran tantos, que llegó una patrulla y el taxista le pagó al ciclistas accidentado, por la reparación de su bicicleta.
“Cuando íbamos llegando al centro pasamos por los desnudos de Reforma!! This time they had torches!! Ellos nos apoyaban a nosotros así que nosotros hicimos lo mismo! Gritaban eeeeeeeehhhhh! y nostros ehhhhhhh! Estuvo increíble!!”
Estaba contenta.-
Ya no está en casa. Salió por el día. Espero que regrese al rato para que me lo vuelva a contar. No lo quiero olvidar.
No sé por que me presiono tanto por no olvidarlo si no es tan importante.
No se asusten con lo que leen...
Bienvenidos muchachos y muchachas!!
sábado, 28 de abril de 2007
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