No se asusten con lo que leen...

Bienvenidos muchachos y muchachas!!

lunes, 28 de mayo de 2007

Japón

Son las 12:45 del día. Para mí sigue siendo la mañana. Traigo una greña indiscutible. Me imagino una Gloria Trevi en los 2000, como en el video de Pelo Suelto.
Desde lejos escucho el sonido de una aspiradora que seguramente está acabando con el polvo que diariamente se acumula en mi cuarto a causa de todas las cosas tiradas en el suelo. Muevo las piernas cruzadas, mientras volteo a ver hacia la venta. El parque está lleno de niños que por alguna razón faltaron a clases. Las hojas de los árboles están verdes y el cielo, como siempre, está gris. Creo que comienzo a entender por que lo veo gris todo el tiempo. Pues las cortinas blancas y translucidas están grises por el polvo de una ciudad contaminada. Me toco el cabello: está suave.

Hace un rato salí por un jugo de papaya y naranja con el joven de la esquina. Nunca pido fresa, pues con eso de las enfermedades que te pueden ocasionar las fresas sucias, les tengo miedo. Cuando era chiquita siempre tenía amibas… No sé de donde las sacaba, pero cada mes me enfermaba del estómago y era cuando mi papá me llevaba a hacerme análisis en donde cercioraban mi enfermedad. Aun con esas experiencias seguía comiendo en la calle. En esa época comía carne roja así que siempre íbamos por tacos y yo no tenía problema alguno en comer en un puesto callejero. Ahora no como ni carne ni pollo; así que no me enfermo mucho del estómago. Pero lo que nunca he podido dejar de consumir en la calle son los jugos y las zanahorias y pepinos del señor que pasa todos los días enfrente de mi casa.

Realmente no sé por qué estoy hablando de eso… Es muy íntimo ese tema. Sin embargo la verdadera intimidad la he dejado relucir en este blog cuando hablo de ella, y de él… Tal vez es una buena terapia.
Seguiré escribiendo.

Después de una buen baño caliente con jabón de caramelo y shampoo de perla estoy frente a la computadora escribiendo lo que se me viene a la cabeza. Anoche no pude dormir. Después de cenar con ellos, cruzamos por el parque y vimos unos 20 niños jugando y gritando por todos lados. Una vez que estaba en mi cama los escuchaba tan cerca que lo único que quería hacer era sacar la cabeza por la ventana y gritarles hasta de lo que se iban a morir. Pero no lo hice. En primera, son todavía muy jóvenes como para acercarse a la muerte y en segunda, soy todavía muy joven como para acercarme a la edad en dónde te ven como una vieja gruñona que vive sola y que no tiene a nadie con quien desquitarse. Los dejé jugar. Así me hubiera gustado a mí cuando era pequeña. En fin… aparte de los gritos, no podía dormir, pues intentaba crear una nueva escenografía para este jueves. Nada me vino a la cabeza. Pensaba:
“Tengo las telas rojas, peor no tengo imaginación… No quiero hacer nada”

Todo el fin de semana fue tan fuera de lo común, que el domingo por la noche me sentía como un turista en un país lejos de casa. Para ser sincera tenía un poco de asco… Lo único que quería hacer era meterme a una alberca de agua helada en la azotea de un edificio alto en Japón. Curiosamente había soñado tanto viernes como sábado con grandes platillos de sushi de diferentes colores en una recepción lujosa. Igual de curioso? En media hora iré a comer sushi al centro con el esposo de mi mamá. Algo aún más curioso? El viernes lo único que comí fue sushi… en una recepción en Coyoacán.
Y para terminar con broche de oro??? Lo curioso está en la casa!!! El sábado comí sushi de $15 del tamaño de un pin con B. Sin embargo me siento con todas las ganas de comer sushi en esta tarde grisácea.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

sabes? me he vuelto asiduo visitante a tu blog... en verdad tiene algo de íntimo, entrañable y generoso, que ya es difícil encontrar en este "refugio" extraño y adictivo = el internet...

ayer canté mis canciones por primera vez en el Bataclán... fue increíble, un sueño hecho realidad... aunque también fue como jugar el mario bros en el nivel más fácil porque era casi puro amigo y familia el público...

pero lo disfruté mucho y me disfruté mucho en el escenario (eso ya sabía que sería así)...

¿cómo le haremos para que este sueño dure para siempre? para que la vida, el tiempo, el dinero o cualquier otro demonio... no nos obligue a alejarnos...

oxoxoox

Bonnz! dijo...

pense que ya te habia comentado esta entrada, ahora veo que no.

Betty dijo...

yo una ves m enferme por comerme un kilo d fresas, me desidrate termine en el hospital... tenia 2 años y m acuerdo q nunca m arrepenti d haverme comido las fresa jaja.. hasta la fecha m encantan!!!
y comer sushi en un día griciento es algo q ago amenudo.. ji
besos